viernes, 12 de agosto de 2011

Distintos matices de la actividad empresarial en Querétaro

Publicado en el suplemento Empresas del periódico Plaza de Armas el 30 de Junio, 2011.

Querétaro presenta dos grandes realidades respecto a la actividad empresarial y el desarrollo de negocios en la entidad. Por una parte está el Querétaro competitivo, con inversiones en particular en el sector turismo y en el industrial, sobre todo con el crecimiento de la industria aeronáutica que se está convirtiendo en una de las vocaciones económicas del Estado; por otra parte, tenemos realidades comerciales y empresariales locales muy complejas al tener como en casi todo el país una población de relativamente bajos ingresos y por lo mismo poco poder adquisitivo.

Analicemos estas caras de la misma moneda. Diferentes evaluaciones y noticias dejan ver que Querétaro y su capital son espacios propicios para el desarrollo de los negocios. En las clasificaciones nacionales de competitividad que realizan tanto el Instituto Mexicano de la Competitividad como el Tecnológico de Monterrey (con información principalmente del 2008 y 2009), Querétaro aparece en tercer lugar, tan sólo por detrás del Distrito Federal y de Nuevo León. Por otra parte, fDi (la empresa de inteligencia del Financial Times) publicó en Marzo su estudio llamado “Ciudades Americanas del Futuro”, donde evalúa aspectos de atracción económica y social de diferentes ciudades en el continente americano. En la categoría de ciudades latinoamericanas, Querétaro clasificó en la séptima posición.

Estas evaluaciones consideran cientos de variables en aspectos principalmente estructurales (ambiente de negocios, condiciones de vida, rol del gobierno, infraestructura, etc.), lo que permite visualizar que estas perspectivas positivas no son pasajeras, sino que tienen un horizonte de largo plazo, que deberán influir en la mejora gradual de niveles de vida de sus habitantes.

Estas condiciones se reflejan en los resultados económicos de la entidad en los últimos años. A nivel nacional, Querétaro fue el 4º Estado con mayor crecimiento en el periodo 2003 a 2008, empujado por los sectores Comercio, Transportes, Logística y Almacenamiento, Industrias Manufactureras (en particular la fabricación de maquinaria y equipo), Construcción y Telecomunicaciones. Durante la crisis del 2009, fuimos también uno de los Estados con mayor caída precisamente porque los sectores que han empujado este crecimiento fueron los más afectados, pero los niveles de actividad económica se recuperaron al final del 2010.

Hasta aquí, vemos panoramas y realidades alentadoras. Sin embargo, las mismas clasificaciones a las que hago mención, por la amplitud de los temas evaluados, también identificaron áreas de debilidad para el Estado. Concretamente, ambos reportes coinciden en 5 áreas débiles en el Estado: generación de empleo, desigualdad de los ingresos, vías terrestres de comunicación, mal aprovechamiento del agua e inversión extranjera directa.

Y aquí es donde comenzamos a ver la otra cara de la moneda. Aunque somos el séptimo Estado con mayor nivel de ingresos promedio por persona remunerada, ésta se encuentra en el orden de $9,000 pesos mensuales (acorde a los datos del Censo Económico 2009 traídos a pesos de 2011), lo que permite dimensionar la capacidad adquisitiva interna. Además, tenemos una tasa de desocupación mayor a la media nacional, lo que como resultado deja ver un mercado interno poco vigoroso, al igual que ocurre en la economía a nivel nacional.

Los ingresos de la población tienen grandes diferencias. Por ejemplo, el 70% de los negocios o empresas establecidas en el Estado, dedicadas principalmente al comercio y servicios de consumo y que representan cerca de una tercera parte de la ocupación, manejan remuneraciones promedio entre $3,600 y $5,000 pesos mensuales.

En la situación del empleo, las tasas de ocupación han estado los últimos dos años y medio por arriba de la media nacional, además de mantenerse un 60% arriba de lo que eran los niveles del 2008. Con esto vemos que a pesar del dinamismo económico, el balance oferta-demanda de empleo no ha logrado equilibrarse, situación en particular compleja cuando somos el 3er Estado con mayor crecimiento poblacional, al tener una tasa de crecimiento en la última década de casi el doble de la media nacional.

En resumen, las perspectivas de mediano y largo plazo son positivas si se mantienen las condiciones de competitividad; sin embargo, ante el ritmo de crecimiento poblacional actual, el desarrollo económico deberá ser a ritmos mayores que los actuales ya que si no, estaremos en una situación en que los buenos resultados macros tardarán mucho en reflejarse en las realidades personales y familiares. Para el corto plazo, los empresarios deberán tener muy clara su estrategia de negocio para que su producto o servicio resulte atractivo a un mercado interno que apenas está recuperando sus niveles de consumo y que mantiene una gama de ingresos mas bien bajos, que focalizan sus compras principalmente a necesidades primarias y en menor grado a bienes mayores. De esta forma y con un enfoque de responsabilidad social y creación de valor lograremos el crecimiento sostenible que un Estado competitivo espera.

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