sábado, 20 de agosto de 2011

Desaceleración económica mundial

Publicado en Plaza de Armas el 15 de Agosto de 2011
Pues sí, la semana pasada estuvo llena, como podía esperarse, de volatilidad, nerviosismo, pronósticos con tintes mas bien negativos, declaraciones de diversos actores (economistas, políticos, inversionistas) y en el fondo la pregunta del millón: ¿qué va a pasar con la economía y con nuestros bolsillos?
Como comenté la semana pasada, hay muchos aspectos que deben tomarse con demasiada mesura en estos momentos: ni el hecho de que en dos semanas las bolsas hayan tenido las peores caídas en años nos colocan en la misma situación de la crisis del 2008, ni tampoco el hecho de que hayan tenido brincos espectaculares (como el de la Bolsa Mexicana de Valores que tuvo la semana pasada su jornada de mayor incremento en 2 años y medio) deja ver que ya todo se resolvió. Vamos a seguir viendo por algunos días subidas y bajadas mientras permanezca la búsqueda de opciones que sean consideradas seguras y eso provoque la baja de algunas acciones que luego sean consideradas “gangas” y sean compradas. Si además sigue el surgimiento de notas como las dudas sobre la deuda de Francia, la volatilidad se extenderá.
Otra vez son los factores financieros, psicológicos (desconfianza), políticos y económicos entremezclados. Son elementos tan ligados y correlacionados que muchas veces es difícil encontrar cuáles son las causas y cuáles los efectos.
Si hablamos del factor económico, como había comentado la semana pasada, el consenso de las opiniones y evaluaciones coinciden en afirmar que estamos en un periodo de desaceleración económica y que han aumentado las probabilidades de una doble recesión debido a una reducción en el margen de maniobra que tienen los gobiernos por temas políticos y fiscales. Las estimaciones más negativas de la probabilidad de una doble recesión están en el orden del 30% al 50%. Pero si tomamos un paso atrás para evaluar esta situación, veremos que hace apenas un mes esa probabilidad por parte de algunos economistas era de menos de la mitad y las voces más críticas hablaban mas bien de que los problemas económicos estructurales que existen podrían impactar fuertemente en un horizonte de año y medio a 2 años. Entonces, ¿qué pasó que aceleró tanto esta preocupación y pesimismo? Los factores económicos complicados que tenemos no se deterioran tanto en sólo un mes; esto es consecuencia mas bien de aspectos políticos y de confianza. Desafortunadamente, estas evaluaciones tienen la capacidad de convertirse en profecías autocumplidas: “si los economistas dicen que viene una doble recesión, como inversionista busco destinos seguros y no invierto en empresas o en mercados emergentes y como consumidor cuido más mi gasto, con lo que freno el consumo”; esto hace que la economía se desacelere, por lo tanto, se cumple lo que los economistas pronosticaron. Un desafortunado círculo vicioso.
Más allá de analizar los comentarios, veamos las cifras de algunos indicadores involucrados. La siguiente gráfica muestra el crecimiento de la economía de Estados Unidos y México en los trimestres a partir de su recuperación (2 años de crecimiento):
Gráfico elaborado por Inteligencia de Negocios Atalaya con base en datos del U.S. Bureau of Economic Analysis
Vemos que en efecto, el ritmo de crecimiento ha disminuido en los últimos trimestres, pero no muestran todavía una tendencia clara ya que los ritmos crecen y decrecen trimestre con trimestre.
Por otra parte, a falta de una bola de cristal, se han desarrollado índices económicos “adelantados” que permiten visualizar con algunos meses de anticipación cuándo se estará pasando de un ciclo de crecimiento, a uno de desaceleración, a uno de contracción y a uno de recuperación. Dichos indicadores consideran distintos aspectos financieros y económicos. El Conference Board, organismo internacional de análisis económico fundado en 1916, publica esos índices adelantados para diversas economías. A finales de Julio y principios de Agosto, los resultados son mixtos para diversas economías. En el caso específico de México, éste se contrajo en Mayo después de 2 meses de crecimiento. Esto coincide con el índice adelantado publicado por INEGI, en el que después de tres meses de crecimientos más lentos, tenemos un primer mes de contracción, propio de un ciclo de desaceleración (aunque no hay una tendencia, sólo un valor mensual).
En resumen, hay indicadores que comienzan a mostrar el posible inicio de un periodo de desaceleración, pero eso ni implica necesariamente la proximidad de una recesión. El agravamiento de las percepciones y pronósticos se disparó por condiciones de confianza en el manejo político de las condiciones actuales, por lo que sólo acciones de este tipo en sentido contrario podrán estabilizar la volatilidad actual. Hay espacios de maniobra aún, pero “el paciente” requiere cada vez más medicinas, de distinto tipo, aplicadas al mismo tiempo, lo que genera un escenario más complejo. Irónicamente, recomendar acciones de protección puede acelerar la descomposición del ambiente económico, por lo que lo mejor será esperar unas cuantas semanas para seguir observando el comportamiento económico real, más allá de los nerviosismos actuales.

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