miércoles, 17 de noviembre de 2010

La confianza del consumidor aumenta... pero con reservas

El índice de confianza del consumidor, publicado por el INEGI, ha cumplido ya un año con su tendencia de crecimiento. Como en muchos de los otros análisis que he compartido, esta es una buena noticia, pero démosle un poco de contexto.
Las noticias positivas comenzaron a finales del 2008 y principios del 2009; en aquel momento, la gente percibía que la situación económica en sus hogares y en el país eran peores que en el año anterior, pero también visualizaban que ésta mejoraría al año siguiente; es decir, se comenzaba a ver la luz al final del túnel.
Posteriormente, hacia finales del 2009, la gente comenzó a percibir que la situación económica ya era mejor que la que se vivía el año anterior, tanto en sus hogares como en el país, lo que seguía reforzando la confianza del consumidor.
Sin embargo, hay otro indicador que conforma el índice que da un matiz diferente: al preguntarle a los encuestados sobre qué probabilidades hay de que compren bienes duraderos (electrodomésticos, muebles, etc.), la gente se muestra aún con muchas reservas. Es decir, la gente sin duda muestra una mayor confianza sobre la situación económica, pero no tanta como para hacer compras que les puedan presentar un compromiso mayor. Esto hace que a pesar de la tendencia positiva, el índice de confianza se encuentre en uno de los niveles más bajos de los últimos 10 años.
¿Cómo se ha traducido esta confianza en los niveles de consumo? Las cifras que maneja el mismo INEGI reflejan que las ventas en establecimientos comerciales al por menor casi han alcanzado los niveles que tenían a principios de 2008, pero con comportamiento muy dispares. Por ejemplo, hay sectores que tienen un nivel de ventas superior al del 2008:
·         Alimentos, bebidas y tabaco
·         Tiendas de autoservicio y departamentales
·         Productos textiles, accesorios de vestir y calzado
·         Artículos para el cuidado de la salud
Pero por otra parte, hay sectores que no han recuperado aún los niveles del 2008:
·         Artículos de papelería, para el esparcimiento y otros artículos de uso personal
·         Enseres domésticos, computadoras y artículos para la decoración de interiores: ¡este sector en particular se encuentra en los niveles más bajos de los últimos 10 años!
·         Artículos de ferretería, tlapalería y vidrios
·         Vehículos de motor, refacciones, combustibles y lubricantes
En resumen, la reactivación del consumo se enfoca a sectores que cubren necesidades básicas (la salud, la alimentación, el vestido), pero la situación del empleo que he analizado en ocasiones anteriores (http://monitornegociosmx.blogspot.com/2010/11/empleo-en-mexico-mejoras-pero-aun-mucho.html) deja ver  un mercado muy débil aún para el consumo de bienes duraderos. Si su empresa u ocupación se encuentra en este sector, le sugiero uno de 3 caminos:
  1. Adaptar su oferta para hacerla más accesible (financiamientos, diseños para generar productos más económicos, etc.)
  2. Buscar nichos específicos en el mercado nacional que puedan tener dinámicas atractivas (geografías o grupos sociodemográficos particulares)
  3. Pensar en mercados fuera del doméstico. Una posibilidad son las economías emergentes, que tienen pronósticos de crecimientos superiores al 5% para el próximo año, y con los que se cuenta con acuerdos comerciales en muchos de los casos.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Proyecciones del PIB de México: amenazas y oportunidades, deseos y realidades.

México se está recuperando de la peor caída del PIB en los últimos 80 años. Después de una reducción del 6.5% en el 2009, los pronósticos más recientes de crecimiento para el 2010 se encuentran en el orden del 5%. El pronóstico se ha venido revisando a la alza en todo el segundo semestre del 2010, y demuestra el impulso que ha recibido la economía mexicana derivado de las exportaciones a Estados Unidos.
Este crecimiento permitirá que hacia finales del 2010 o principios del 2011 se alcancen los mismos niveles de PIB que se tenían en el primer trimestre del 2008 (a precios constantes); es decir, ¡la crisis provocó que se perdieran 3 años de actividad económica!, y si se evalúa el PIB per capita, este se estará recuperando posiblemente para el 2013 de acuerdo a estadísticas del Banco Mundial.
Los sectores que más crecimiento han tenido en el último año son el comercio, las industrias manufactureras, los servicios educativos y los servicios de alojamiento temporal y de preparación de alimentos y bebidas; sin embargo, no han alcanzado aún los niveles que tenían en el 2008.
Por otra parte, hay sectores que siguen contrayéndose en su actividad en el último año, como son la Construcción, los Servicios profesionales, científicos y técnicos, y Servicios de salud y de asistencia social.
El único sector que no sufrió contracción en estos últimos 2 años y medio fue el de Información en medios masivos, que abarca tanto medios impresos como electrónicos.
¿Qué expectativas hay para el 2011? Tanto a nivel mundial como para Latinoamérica, las proyecciones son de un crecimiento menor que en el 2010. En el caso de México, los pronósticos más recientes están en el rango de 3.5% a 3.9%. Estas proyecciones se fueron revisando a lo largo de este año hacia la baja, principalmente porque las expectativas de expansión de la economía de Estados Unidos para el próximo año también se han venido reduciendo (están ahora en el rango de 2.3% a 2.6%).
Esto nos presenta un panorama de ciertas cautelas y riesgos para el próximo año. Seguirá la gran dependencia de México en la recuperación económica de Estados Unidos, y el ritmo de crecimiento esperado hará que la recuperación del empleo y los ingresos sea un tema del mediano plazo (2 a 3 años). Por otra parte, habrá sectores de la economía que mantendrán ritmos interesantes de crecimiento, por lo que será necesario mantener un monitoreo que le permita identificar esas oportunidades.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Empleo en México: mejoras, pero aún mucho por lograr

Durante Octubre hubo diversas declaraciones oficiales mencionando 2 hechos: la recuperación de los empleos perdidos por la crisis económica, y el tener un máximo histórico en materia de empleos.
Ambas cosas son ciertas acorde a las cifras del IMSS y a la encuesta nacional de Ocupación y Empleo del INEGI. Esto refleja la recuperación económica que se ha vivido desde mediados del 2009.
Sin embargo, hay una contraparte a esta realidad: el crecimiento poblacional. El número de empleos es ligeramente mayor que el que se tenía antes de la crisis (14.6 millones de personas cotizando en el IMSS, y 44.6 millones de mexicanos con algún empleo u ocupación acorde al INEGI); pero también hay ahora 3.2 millones más de mexicanos que han entrado al grupo de edad laboral (14 años ó más) en los últimos 2 años y medio.
¿Qué implica este desbalance entre el empleo creado y el crecimiento poblacional? De acuerdo a cifras del INEGI:
1.       Contar aún con 2.5 millones de mexicanos que buscan empleo y no consiguen.
2.       Tener a más de 5.5 millones que dicen tener interés en trabajar, ¡pero que no lo hacen por considerar que no tienen posibilidad de conseguir trabajo! Con el desperdicio de talento y los riesgos sociales que esto implica.
3.       Tener 4 millones de mexicanos con algún tipo de ocupación, pero que tienen necesidad y disponibilidad de ofrecer más horas de trabajo (subocupación).
4.       Tener a casi 13 millones trabajando en el sector informal, con todas las consecuencias que esto implica en la economía nacional.
5.       Tener en promedio un menor nivel de ingresos que hace 2 años (la población ocupada que percibe menos de 2 salarios mínimos pasó del 42% al 46% en los últimos 2 años y medio).
¿Qué consecuencias ha generado esto?
·         Un mercado interno aún deprimido. El crecimiento económico se ha dado principalmente por las exportaciones a Estados Unidos, y aunque las ventas al menudeo hay aumentado en lo que va del año, no han compensado la caída del año pasado.
·         Riesgos sociales. El famoso “bono demográfico”, con el potencial que ofrecía, se está convirtiendo en un riesgo social importante al tener una gran cantidad de jóvenes sin oportunidades laborales.
·         El potencial de encontrar talento que no cuente con empleo. Dentro de los desempleados, existen 834,000 con educación media superior y superior; ésta es una de las concentraciones más altas de gente desempleada con este perfil de preparación en los últimos 10 años.
No es mi intención ser pesimista, sino simplemente presentar un cuadro más amplio que le permita identificar los riesgos y oportunidades que el tema laboral puede representar para su organización, para tomar las decisiones más adecuadas.