sábado, 20 de agosto de 2011

Caída de los ingresos en los hogares mexicanos

Artículo publicado en Plaza de Armas el 25 de Julio de 2011

El pasado 15 de Julio, INEGI publicó los resultados de su encuesta bienal sobre los ingresos y gastos de los hogares mexicanos (ENIGH 2010). La encuesta tiene una representatividad nacional por su diseño que abarca más de 35,000 hogares encuestados. El trabajo de campo se hace en los meses de agosto a noviembre, lo que significa que al comparar los resultados de la encuesta del año pasado con la del 2008, estaríamos comparando parcialmente los terceros y cuartos trimestres de cada año.

¿Qué resultados nos muestra la comparación del ENIGH 2008 vs. 2010? Pues son claramente negativos y preocupantes: los ingresos promedio de los hogares mexicanos disminuyeron 12.6% en términos reales en esos 2 años. En otras palabras, suponiendo que no hubiera habido inflación en ese periodo, si en el 2008 recibíamos $100 pesos de ingresos en el hogar, para el 2010 habríamos recibido sólo $87.40.

Esta cifra es particularmente mala por los resultados económicos derivados de la crisis reciente, pero también en cierta medida por un aspecto coyuntural: el empleo en el tercer y cuarto trimestre de 2008 comenzaba a mostrar signos de deterioro (la tasa de desocupación había aumentado 0.7% en sólo 1 trimestre), pero el empleo disponible fue el mejor remunerado de al menos los últimos 10 años (la tasa de ocupación con ingresos de menos de 2 salarios mínimos fue la más baja en esos 2 trimestres desde el 2000). Eso hace que al comparar ese periodo con el de 2 años después, donde había 740,000 personas más sin ocupación, y las personas con ocupación tenían ingresos reales inferiores, la brecha se vea así de alarmante. No quiero decir que las cifras son negativas por una desafortunada coincidencia temporal; es claro que ha habido un deterioro económico en el país (en diversas columnas he mencionado que la demanda interna sigue sin recuperarse a los niveles previos de la crisis). Simplemente digo que la cifra es todavía ligeramente peor por los trimestres que se comparan.

Ahora, aunque los resultados reflejan la realidad de hace un año, tristemente creo que no ha habido mejoras significativas en la realidad actual: vemos las tasas de desempleo todavía en niveles muy altos y sin tendencia de reducción. Con esto en cuenta, analicemos más detalladamente los resultados de los ingresos y consideremos que reflejan de forma razonablemente igual la situación actual.

La encuesta presenta sus resultados dividiendo el total de la población en 10 grupos del mismo tamaño de hogares, lo que en términos estadísticos se llaman deciles. Esos deciles están acomodados de los hogares con menores ingresos (decil 1) a los de más ingresos (decil 10). Algo que observamos es que los ingresos disminuyeron para todos los deciles; es decir, esta crisis afectó a los hogares de mayores ingresos, a los de ingresos medios y a los de menores ingresos. Es más, de acuerdo a los resultados, los ingresos en los deciles más altos fueron más fuertemente afectados en términos proporcionales que los deciles más bajos (p.ej., el ingreso del decil 1 cayó 7.2% mientras que el del decil 10 cayó 17.7%). Por este motivo, un indicador que publica el INEGI que se llama coeficiente de Gini, cuyo objetivo es mostrar la concentración del ingreso, reflejó que éste se desconcentró. Desafortunadamente no fue porque lográramos subir los niveles de ingreso de los deciles más bajos, como se obtendría en una economía en desarrollo, sino porque bajaron los de los más altos. En otros términos, en lugar de repartir la riqueza, repartimos la pobreza.

Aún así, sigue existiendo una gran disparidad de ingresos en el país: el promedio de ingresos por hogar del decil más bajo es 20 veces menor que el del decil más alto, y esto empeora si se ve como ingreso per capita, ya que los hogares de ingresos más bajos tienen en promedio más gente, por lo que la brecha se abre hasta 25 veces la diferencia entre el más bajo y el más alto.

La encuesta considera 12 tipos de ingresos diferentes que van desde los monetarios hasta ingresos en especie y “virtuales” (para aquellos con casa propia, considera como ingreso la renta que pagarían por habitar dicha casa, ya que hay estándares de la Organización Internacional del Trabajo que consideran que el usar una propiedad de la que se es dueño libera recursos que pueden ser usados para mejorar el nivel de vida de la familia). Entonces, analicemos cada tipo de ingresos para entender dónde estuvo la causa de tal caída.

En el decil más bajo, la caída de ingresos promedio por hogar se debió principalmente a la reducción en los ingresos por trabajo (sueldos y prestaciones asociados) y en las transferencias (abarca desde jubilaciones, ingresos provenientes de otros países, apoyos gubernamentales, etc.); en el decil más alto, la caída de ingresos fue principalmente por la caída casi total de lo que INEGI llama “renta de la propiedad”, que abarca las utilidades que se reciben por capitales invertidos, los ingresos por rentas de bienes tangibles, los intereses por inversiones y regalías. Es decir, mientras los hogares con menos ingresos tuvieron un alto impacto negativo en los sueldos y prestaciones que reciben, los del decil más alto lo tuvieron por el aprovechamiento de sus activos, y así los deciles intermedios fueron mostrando una transición entre estos dos estados.

El análisis de los ingresos es otra forma de visualizar y comprender los distintos Méxicos presentes. La próxima semana analizaré la parte de los gastos y cómo se ajustaron estos ante la caída de los ingresos.

Ingresos mensuales promedio en pesos, por hogar y por concepto


Decil 1
Decil 5
Decil 10
Ingreso del trabajo
$720
$4,790
$27,760
Renta de la propiedad
$13
$73
$2,674
Transferencias
$705
$1,349
$5,323

Elaborado por Inteligencia de Negocios Atalaya con información del ENIGH 2010

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