Publicado en Plaza de Armas el 10 de Octubre de 2011
En Agosto, Marc Andreessen, cofundador de Netscape (una de
las primeras compañías que desarrollaron navegadores para internet), así como
cofundador de una firma de capital de riesgo y miembro del consejo de
Hewlett-Packard, publicó un ensayo en el Wall Street Journal que tituló “Por
qué el software se está comiendo al
mundo”. En éste, plantea su teoría en la que establece que estamos “…a la mitad
de un amplio y dramático cambio tecnológico y económico en el que las compañías
de software están destinadas a asumir el control de grandes tramos de la
economía.”
Esta hipótesis la basa en tendencias y ejemplos de distintas
industrias. Menciona que el mayor vendedor de libros en el mundo es una empresa
de software; el mayor servicio de entrega de videos por número de suscriptores
es otra empresa de software; otros proveedores tradicionales de entretenimiento
están desarrollando iniciativas para deshacerse del cable físico y conectarse
con teléfonos inteligentes y tabletas; las compañías de música dominantes son
también compañías de software; las empresas de entretenimiento que más rápido
están creciendo son productores de videojuegos, y la lista sigue en otras
industrias como la producción de películas, la fotografía, las plataformas de
mercadotecnia directa, las telecomunicaciones y el reclutamiento de personal
entre otras; en todas estas áreas, las empresas que más rápido están creciendo
o que son las más grandes en ventas son todas empresas de software. De igual
forma, otras industrias han visto modificadas de forma importante sus cadenas
de valor a través de la integración de software, como son la industria
automotriz, el comercio al por menor, la mensajería, los servicios financieros,
la exploración de petróleo, etc. Andreessen considera que el cuidado de la
salud y la educación son los próximos sectores que tendrán una fuerte
transformación basada en el uso e integración de software.
Todo esto ocurre ahora debido al abaratamiento de
tecnologías y a la mayor penetración de éstas en la población, lo que facilita
el arranque de empresas tecnológicas al requerir menor inversión y ofrece
mercados más amplios para la oferta de servicios en línea.
Este basto análisis generado por una de las personas que han
liderado esta transformación en el mundo debe ser tomado en cuenta sin duda para
alinear políticas de fomento a esta industria así como para trabajar en la
integración del gobierno y los sectores productivos y educativos que permita
desarrollar las capacidades que la industria de las tecnologías de la
información requerirán en el corto, mediano y largo plazo. El crecimiento en
esta industria ayudaría al crecimiento de la economía en diversas regiones del
país o a nivel nacional, lo que es importante en los actuales tiempos de
incertidumbre y ante las perspectivas de que el crecimiento lento seguirá por
muchos años; aunque posiblemente no ayude en aliviar los niveles de desempleo
ya que son industrias no tan intensivas en mano de obra como otras de la
economías más tradicional.
Al respecto, México ha tenido algunos avances, lentos, en
este sector. De acuerdo a la OCDE, México es el cuarto país de los 34 con mayor
ritmo de crecimiento de suscripciones de banda ancha en el periodo 2000-2009,
aunque en el número de suscriptores por tamaño de población seguimos en el
último lugar (es decir, la penetración es la más baja). De acuerdo al Foro
Económico Mundial, México ha mejorado tanto su calificación como su posición en
el pilar de “Preparación Tecnológica”, al pasar de 3.25 a 3.75 en una escala de
7 y del lugar 71 al 63. Sé que no tiene un ritmo espectacular ni una posición
privilegiada, pero de los 12 pilares que el Foro evalúa, sólo éste y el de
Innovación han tenido un ritmo constante de mejora. La tecnología nueva que
entra por inversión extranjera directa es el tema que más ha mejorado en el
país, lo que nos ubica en el lugar 24 de 142 países evaluados.
Estos cambios son resultados de esfuerzos aislados; pero si
se tuviera una estrategia nacional de desarrollo del sector, los resultados
podrían ser más rápidos y de más impacto. Con esta intención se anunció el
pasado mes de Abril la Agenda Digital Nacional (ADN), un esfuerzo de las
empresas del sector de las tecnologías de información y comunicación (TIC), con
la aportación de firmas consultoras, el poder legislativo, la academia y
sectores de la sociedad civil. En esta agenda se plantearon 112 acciones en 6 líneas
de trabajo que ayudarían al desarrollo de una sociedad del conocimiento. Un gran
esfuerzo que aún no da frutos. Una de las conclusiones era que “…se requiere un
liderazgo transversal con reporte directo al Presidente de la República que
coordine la formalización y promoción de una ADN y vigile su ejecución…”. Pues
esto no ha ocurrido aún. En Septiembre, dentro de los eventos de la Convención
Nacional Anual de la Cámara Nacional de la Industria Electrónica de
Telecomunicaciones y Tecnologías de Información (CANIETI), todos los
participantes de la industria y gobierno coinciden en que es necesario iniciar
con acciones que incrementen el aprovechamiento de las TIC y se reconoció la
necesidad de trabajar “hombro con hombro” gobierno e industria; pero todo sigue
quedando en el discurso. Es más, ¡la página de internet de esta agenda dada a
conocer hace 5 meses cuando se publicó la ADN está completamente en blanco!
En resumen, esta “nueva economía” se desarrolla más
rápidamente en el mundo que en México. Será importante conectarse a esa
tendencia lo antes posible, por estrategia competitiva y por tener líneas de
crecimiento acelerado en la economía, especialmente interesante ante el entorno
actual; mientras tanto, el mundo es ya un mercado accesible para varias iniciativas
que representan interesantes oportunidades de negocio, como algunos
emprendedores mexicanos ya lo han hecho. El tener una estrategia nacional
servirá para que esas oportunidades sean más y se desarrollen por sistema, no
por eventos aislados.
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