jueves, 12 de enero de 2012

Esperar y ver-Nueva revisión a la situación mundial


El título de esta columna se refiere a una expresión en inglés (wait-and-see) que parece definir la posición que algunos directivos empresariales en Estados Unidos están tomando ante las perspectivas económicas de fin de año. Y es que aunque el último trimestre estuvo lleno de volatilidad y nerviosismo, hay algunas señales positivas dentro del mar de noticias negativas que hacen que los directivos no acaben de tener un escenario muy claro para planear el siguiente año.

De acuerdo al indicador MSCI, que muestra un panorama de la actividad bursátil en 70 países tanto de economías desarrolladas como emergentes y en transición, las bolsas de estos países han tenido una caída de 9.4% en lo que va del año si se mide en dólares, lo que muestra la actitud de inversionistas que han buscado destinos más “seguros” para sus capitales. Pero más allá de conocer esta cifra que muestra el acumulado de 9 meses y medio, lo interesante es evaluar el comportamiento que ha tenido en el año. Podemos dividirlo en cuatro periodos que muestran muy bien lo que hemos vivido desde que arrancó el 2011: comenzamos con el periodo de optimismo de Enero a Abril, donde se veían bajas probabilidades de una doble recesión y preocupaban mas bien los riesgos potenciales de inflación por la recuperación económica así como por el aumento de algunas materias primas y alimentos y, aunque las deudas de varios países seguían siendo un riesgo latente, el horizonte de problemas potenciales se ubicaba entre el 2012 y el 2013. Y por supuesto, no olvidemos el terremoto y tsunami de Japón que puso alertas sobre su impacto en el frágil estado de recuperación económica mundial.

El segundo periodo fue de Mayo a Julio, donde a pesar de las buenas noticias de diversos corporativos que tenían crecimientos superiores a las expectativas, la economía de las principales economías mostró que seguía en crecimiento pero a menores tasas que las del año pasado; además, las tasas de desempleo mostraban una inquietante permanencia y se acentuaron las inquietudes sobre la capacidad de pago de algunas deudas europeas; hubo nuevos apoyos económicos a dichos países, pero no lograron crear un clima de completa confianza. Esto provocó que en estos 3 meses, las bolsas del mundo bajaran 6%, con lo que llegaron a un nivel muy similar al que arrancó el año.

El tercer periodo fue Agosto y Septiembre, con todo el mar de noticias negativas que recibimos entre rebajas de calificación a las deudas de los países que tenían problemas, más la inquietud sobre la situación de otros países como la deuda de largo plazo de Estados Unidos y la deuda de Francia, Italia y Japón. Además, los crecimientos económicos de varias economías del segundo trimestre, reportados en este periodo, mostraban un crecimiento casi nulo en Alemania, Francia y el Reino Unido, con una caída de la economía japonesa. Esto provocó la caída en las bolsas de casi 17% en sólo 2 meses, y el incremento de las probabilidades de una doble recesión próxima en la economía de Estados Unidos, que pasó de un orden del 15% a uno del 35% y hasta el 50% en muy pocas semanas (a pesar de que la economía de ese país creció más en el segundo trimestre que lo que creció en el primero).

A lo largo de estos 3 periodos, la presión social por la falta de empleo se ha venido manifestando de diversas formas, desde Túnez y todas las revoluciones de África del Norte, hasta las recientes marchas de este fin de semana en cerca de 950 ciudades en 82 países, tanto de economías desarrolladas como economías emergentes.

Y es así como llegamos al brevísimo cuarto periodo, de 2 semanas de Octubre, donde las reacciones de las autoridades europeas y norteamericanas parecen estar calmando al público inversionista y esto se refleja con aumentos en las bolsas del mundo de 7%. Hay noticias positivas como el hecho que la bolsa de Nueva York llegara a los niveles en los que comenzó el año, la actividad manufacturera en Estados Unidos, Reino Unido y China creció en Septiembre, se sigue generando empleo en E.U. aunque apenas suficiente para el crecimiento poblacional, y las ventas al por menor crecieron también en ese país con perspectivas de que las ventas de fin de año sean mejores que las del año pasado. Pero así como están estas noticias, vemos que la actividad manufacturera en otros motores económicos se está desacelerando o inclusive contrayendo, como en Alemania, Francia y Brasil; la Directora del Fondo Monetario Internacional alertó sobre el contagio de la evolución negativa de las economías desarrolladas en las economías en desarrollo; por último, un estudio entre los Directores de las principales empresas en Estados Unidos ajustaron sus expectativas de inversión y generación de empleo (la mayoría las mantendrá igual por los próximos 6 meses, de ahí el “esperar y ver”)

Este es el complejo entorno internacional ante al que hay que planear el próximo año. Para México tenemos además los ingredientes de ser un año electoral y la presión social y de negocios que genera el tema de inseguridad. El escenario de la doble recesión en los próximos meses sigue sin ser el más probable para prácticamente ningún analista, pero el aumento de probabilidades hace que este sea uno de los escenarios a considerar. Lo que sí parece tener certidumbre para todo el 2012 es que ante la lenta recuperación que ha tenido el empleo, seguiremos con la presencia de un mercado interno aún deprimido.

Esto obliga a las empresas a ser más analíticas sobre sus mercados. Dentro de todos estos grandes números y promedios siempre hay nichos con mejores dinámicas de crecimiento, ya sea desde el enfoque de geografías nacionales e internacionales, o desde el enfoque de grupos económicos y sociales específicos. La tarea será ubicarlos para atenderlos con las estrategias correctas, ya que “tirarle a todo” sólo llevará, en el mejor de los casos, a estos ritmos generales de lento crecimiento.

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