miércoles, 8 de junio de 2011

Deudas europeas: historia en varios capítulos

Publicado en Plaza de Armas el 23 de Mayo de 2011

Durante el 2010, en el contexto del inicio de una débil recuperación económica del planeta, surgió un tema que creó mucho nerviosismo y temores sobre una posible doble recesión mundial: la deuda soberana de diversos países. Aunque para finales del 2010 ya se consideraba el escenario de la doble recesión como muy poco probable, el problema de las deudas públicas sigue vigente, y tiene todavía el poder de impactar en el ritmo de recuperación económica mundial.

Los nombres que surgieron en aquel entonces, y que siguen siendo parte de las noticias recientes, fueron Portugal, Irlanda, Grecia y España. No son las economías más grandes del planeta (salvo España que está en el orden de la 9ª economía mundial, las demás están entre los lugares 30 a 40 del mundo), pero su impacto principal es debido a que son parte de la Unión Europea, y el hecho de que hubieran llegado a esos niveles negativos de finanzas públicas dejaba muchas dudas sobre la capacidad de control y regulación de la Unión; inclusive, se llegaron a tener dudas sobre la permanencia del bloque europeo en el futuro.

Para medir la magnitud de la deuda de los países, dos parámetros de referencia son cuánto representa su deuda y su déficit respecto al tamaño de su economía. En el 2009, estos parámetros colocaban a estos 4 países en el grupo del 20% de los países más endeudados y con mayor déficit de acuerdo al Foro Económico Mundial.

Para evitar que el nerviosismos se expandiera en los mercados internacionales, era importante obtener de estos países una respuesta que se viera clara, enérgica y que diera confianza a los mercados, ya que uno de los grandes riesgos de esta situación era el efecto “contagio”: si un país se declaraba en incapacidad de solventar sus deudas, provocaría muchos movimientos de capitales que buscarían destinos más seguros, con los consecuentes desbalances financieros en el mundo.

Como primera acción, la Unión Europea prestó $156 mil millones de dólares a Grecia en Mayo de 2010, a cambio de comprometerse a aplicar un plan de austeridad para reducir el gasto público y a vender activos estatales. El segundo país en recibir un préstamo fue Irlanda, en Noviembre del año pasado, por $121 mil millones de dólares. La semana pasada se aprobó el préstamo para Portugal, por $111 mil millones de dólares. Se espera que el monto de la ayuda sea suficiente para solventar sus problemas financieros. En todos estos casos, el Fondo Monetario Internacional también ha participado con un tercio del monto de los préstamos a estos 3 países.

España es el único país de estos 4 que no ha recibido préstamos europeos, mientras se mantiene en la ejecución de su plan de austeridad para recortar el gasto y así disminuir su déficit fiscal.

¿Qué resultados hemos tenido hasta ahora? Empecemos por Grecia, que fue el primero en recibir la ayuda. Hemos visto durante este periodo diversas manifestaciones sociales de descontento, que tuvieron su hecho más reciente el pasado 11 de Mayo, cuando tuvieron una huelga general de 24 horas. Además, el gobierno solicitó la semana pasada a las autoridades europeas más apoyo financiero, lo que generó como respuesta de las autoridades europeas mayor presión para que aumenten sus esfuerzos de venta de activos y recorte de gastos. Un refinanciamiento es una opción que no desean las autoridades europeas por los nuevos riesgos de contagio en el sistema bancario del país y en Europa.

Por otra parte, Irlanda ha aumentado sus niveles de deuda significativamente respecto al tamaño de su economía (en el 2012 era del 70% de su PIB, y en el 2014 será del 116%; como referencia, la de México era del 30% de su PIB en 2009). A inicios de Mayo, su Primer Ministro declaró que Irlanda tiene la capacidad para cumplir con sus deudas; sin embargo, no ha sido fácil para el país colocar sus bonos en un mercado poco propicio, lo que genera también ciertas inquietudes en el futuro próximo.

España también ha tenido fuertes descontentos sociales, derivados de un nivel de desempleo del 20% y de una muy lenta recuperación económica. Sin ir más lejos, la semana pasada comenzó un movimiento social de protesta que aunque en general se ha llevado en términos muy pacíficos, demuestra un gran descontento y capacidad de organización de parte de la sociedad civil y, considerando que este pasado fin de semana hubo elecciones locales, el movimiento podría tener fuertes implicaciones políticas, que podrían llevar inclusive a un escenario de elección adelantada de parte de Zapatero si los resultados de estas elecciones locales son poco favorables a su partido.

Para nuestro país, el caso de España es el que podría tener mayores repercusiones en un corto plazo, tanto por la presencia de inversión española en México como por la presencia de 2 instituciones bancarias de gran importancia en nuestro mercado, BBVA y Santander. Hasta el momento, Santander anunció un cambio en la tendencia negativa de los resultados que obtenían en su país, y aunque a nivel de grupo la ganancia cayó 5% en el primer trimestre del año, en México subió 1.7% y ven perspectivas positivas próximas. Para BBVA, su caída en el mismo periodo fue de 7.3% a nivel de grupo y de 1% en México por condiciones locales de competencia. Aunque a nivel global no han tenido buenos resultados, en México siguen teniendo una participación importante.

La situación de las deudas de estos países seguirá siendo tema por varios meses. Estos 4 países, además de cumplir con sus compromisos financieros, tendrán que atender las presiones sociales que surjan a su interior, lo que hace más compleja la situación. Si los países no van cumpliendo sus compromisos, como el intento de renegociación de Grecia demuestra, seguirán latentes los efectos al sistema financiero mundial. Otro frente de alerta es Estados Unidos, cuya deuda de casi el 100% de su PIB, pero eso lo analizaremos en otra ocasión.

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