Publicado en Plaza de Armas el 5 de Diciembre de 2011
La semana pasada analicé el dato del crecimiento de la
economía nacional desde la perspectiva de los diversos sectores económicos que
la conforman para comprender qué sectores son los que aportan más y cuáles los
que aportan menos al resultado general y, de esa forma, identificar cuáles
actividades económicas tienen mejores dinámicas y perspectivas y cuáles tienen
panoramas más complicados.
De esta forma, pudimos ver que los que más aportan al
crecimiento son el comercio y las manufacturas por su tamaño, los que tienen
mayor ritmo de crecimiento son el sector primario y los servicios financieros y
de seguros, y que hay sectores que aunque tienen actualmente una dinámica de
crecimiento, siguen sin recuperar los niveles que tenían previos a la crisis,
lo que seguramente se refleja en dinámicas competitivas complicadas (minería,
construcción y servicios profesionales).
Ahora, la gran pregunta es, ¿qué tan sostenible es este
crecimiento? Por una parte, la mezcla de los sectores económicos que están empujando el crecimiento deja ver algunos focos amarillos sobre dicha
sostenibilidad. Pero hay otros dos enfoques que nos permitirán evaluar esto: el
comportamiento del comercio exterior y de la demanda interna.
Por una parte, las exportaciones han sido un motor muy importante
del crecimiento desde el 2009, ya que las exportaciones petroleras han crecido
un 43% desde el cuarto trimestre del 2009, y las manufactureras un 30%. Dado
que el 80% de las exportaciones no petroleras tienen como destino Estados
Unidos, este sector mantendrá su dinámica de crecimiento mientras lo haga la
economía norteamericana. Dicha economía acumula más de 2 años de crecimiento
económico, pero hemos visto cómo las turbulencias financieras internacionales han
hecho que sus expectativas de crecimiento para este año y el que viene se
reduzcan. Hasta el momento, las cifras nos indican que el crecimiento de la
economía en el 2011 sí será menor al del año pasado, pero el ritmo de
crecimiento trimestral ha ido aumentando durante el año, lo que nos señala que la
probabilidad de una recesión próxima (6 meses) se va reduciendo
Sin embargo, persisten los riesgos financieros
internacionales, así que ahora el foco de atención se centra en lo que ocurra
con la crisis de deuda de Europa, ya que un efecto contagio en el sistema
financiero traería fuertes impactos en la dinámica económica de Estados Unidos
y por consecuencia en la nuestra. Al
respecto, si bien el panorama tiene varios riesgos, tanto financieros y
económicos como políticos y sociales, las señales por el momento son muy
mezcladas e indican comportamientos mas bien especulativos de los grandes
inversionistas, ya que mientras hace 2 semanas Alemania logró colocar apenas la
mitad de una emisión de deuda que hizo, Italia y España lograron una colocación
exitosa hace unos días, así que parece que los inversionistas no tienen una
aversión a todo lo que sea deuda europea, sino que evalúan claramente el
riesgo-beneficio de una inversión y castigan a un país que tiene una tasa de
interés sumamente baja (obligándola a subirla) y buscan la deuda de países que
ofrecen más rendimiento (aunque evidentemente también más riesgo).
De esta forma, vemos varios riesgos en el frente del
comercio exterior que se comienzan a reflejar en el tercer trimestre del año,
cuando se tuvo el menor ritmo de crecimiento de las exportaciones en los
últimos 2 años. Esto fue provocado por la caída de las exportaciones
manufactureras diferentes al sector automotriz, lo que rompió una dinámica de
crecimiento de casi 2 años.
De esta forma, nos dejaría entonces con la demanda interna
como el otro pilar que debería sostener el crecimiento de la economía nacional,
aunque hemos visto que sigue sin recuperarse de los efectos del 2009. Ya he
escrito en esta columna sobre la caída de los ingresos de los hogares mexicanosen el periodo 2008-2010 y sobre el consecuente aumento de la pobreza; pero para
darle otro contexto, la Comisión Económica para América Latina (CEPAL),
organismo de la ONU, acaba de publicar que de 18 economías latinoamericanas que
evaluó, sólo Honduras y México aumentaron su nivel de pobreza en el 2010, así
que esto nos deja en una posición más vulnerable respecto al resto del
continente.
Esto nos lleva a un círculo vicioso que no tiene pintas de
romperse en el corto plazo: la demanda interna se recuperará mientras haya
mayores ritmos de crecimiento económico (ya que traería más y mejor empleo),
pero el ritmo de crecimiento está limitado ya que contamos con un mercado
interno muy restringido (y el mercado externo tiene turbulencias). Así que o
buscamos mercados externos que complementen el crecimiento de las exportaciones
(posiblemente economías emergentes), o se hacen acciones que estimulen el
mercado interno a través de reformas o programas laborales y fiscales. Por lo
pronto, el estímulo que está teniendo el consumo es positivo (como vimos hace
algunas semanas, el crédito al consumoha crecido de forma importante), pero no se ve como una opción muy sostenible mientras
no haya bases económicas sólidas con perspectivas de mantenerse en el mediano y
largo plazo.
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